Superando los duelos. Emociones y Crisis.
Desde pequeños nos enseñan u obligan a guardar nuestras emociones: no llorar, no decir… Muchas veces hemos escuchado: “esto no se hace así”, “compórtate de esta manera”….
Como siempre recalcamos en nuestras ponencias, las emociones son parte del equipo básico con el que nacemos y nos permiten adaptarnos al entorno y a reaccionar frente al mundo.
A través de las emociones aprendemos a conectar con los hechos y a través de los hechos conectamos con una emoción que ya está ahí. Y cuando vivimos situaciones que nos ponen al límite, pareciera que en determinados momentos perdemos el control y tenemos sensaciones de pérdida.
Tenemos que reconocer que la crisis de salud actual nos ha superado a todos de una u otra manera y nos hemos tenido que adaptar a nuevos procesos. Nos enfrentamos a emociones que no siempre podemos manejar, nos agobia el miedo, las incertidumbre, el estrés, la ansiedad, etc… Sin embargo, existe una verdad incuestionable: Todo pasa, Nada es Eterno y esta situación también pasará.
Por eso es importante comprender y reflexionar sobre los duelos emocionales, que surgen a raiz de lo que vivimos hoy y las situaciones de rupturas que ha provocado.
Antes los cambios, pérdidas, rupturas, muerte, etc., que hemos sufrido, no podemos asumir que no pasó nada o que todo está bien, es necesario profundizar en esta emoción –duelo-, analizarnos y encontrar respuestas, para lograr superarlo de manera positiva.
Para ello la Dra. Elisabeth Küber-Ross (1926-2004) en su libro “On death and dying”, nos ayuda al afirmar que el duelo se manifiesta en cinco fases:
Fase de Negación. Negarse a sí mismo o al entorno que ha ocurrido la pérdida.
Fase de Enfado, Indiferencia o Ira: Estado de descontento por no poder evitar la pérdida que sucede. Se buscan razones causales y culpabilidad.
Fase de Negociación. Negociar consigo mismo o con el entorno, entendiendo los pros y contras de la pérdida. Se intenta buscar una solución a la pérdida a pesar de conocerse la imposibilidad de que suceda.
Fase de Dolor Emocional (o depresión). Se experimenta tristeza por la pérdida. Pueden llegar a sucederse episodios depresivos que deberían ceder con el tiempo.
Fase de Aceptación. Se asume que la pérdida es inevitable. Supone un cambio de visión de la situación sin la pérdida; siempre teniendo en cuenta que no es lo mismo aceptar que olvidar.
A la luz de los aportes de la Dra. Kübler-Ross, muchos expertos hemos analizado las etapas del duelo adaptandolas a la situación actual que como sociedad estamos viviendo a causa de la crisis mundial de salud, y poder entender el momento en que como personas, empresas y sociedades estamos viviendo, dónde hemos transitado, hacia dónde vamos. Estas etapas no son lineales, pero una vez llegada a la fase de aceptación, se da el cambio y se abren nuevos horizontes.
Acá es clave preguntarme “¿Dónde estoy?”. El reconocer lo que siento, lo que he vivido, conectar con mis emociones, me ayuda a ubicarme, y esa mirada en transparencia es fundamental ya que el reconocer, nos impulsa a empezar a superar y salir adelante.
La postura de saber “dónde me encuentro” me permitirá entender que en todo cambio, por difícil que sea, siempre existen oportunidades para seguir aprendiendo y avanzar.
El ser consiente de ¿dónde estamos? y caminar a la fase de aceptación, nos ayudará a normalizar la realidad. Si hemos decidido quedarnos en casa y evitar estar en espacios concurridos, debemos encontrarnos con los aspectos positivos de esta oportunidad, y si tenemos que estar junto a otros, me responsabilizo de mi salud y la de los demás.
Y aquí es oportuno comprender que el duelo emocional es un recurso que aun en medio del dolor, nos puede ayudar a adaptarnos y nos invita a restablecer el equilibrio personal que ha quedado alterado por una pérdida y que puede conllevar a un estado de depresión, pérdida de fuerza, dolor, tristeza… a pesar del sufrimiento que causa, el duelo emocional es un proceso que nos toca vivir cuando se experimenta una pérdida, es necesario hacerlo, nos ayuda a adaptarnos a la ausencia, prepararnos para vivir sin la presencia física de esa persona o personas, y es fundamental para conducir correctamente el vínculo afectivo de forma que sea compatible con la realidad presente.
Cuanto más nos esforcemos en ver qué aspectos quiere enseñarnos esta crisis, más rápido podremos atravesar la curva del cambio.
Como ha sucedido con otras pandemias o en otras situaciones difíciles que hemos vivido, debemos afrontar el problema con una mentalidad positiva y por muy difícil que sean las situaciones que vivamos actualmente, nos debemos de enfocar en soluciones, ver las oportunidades y reconocer que otros que han estado antes que yo, han vivido situaciones similares o inclusive más difíciles y han podido, por lo tanto “yo también podré”.
Como seres humanos siempre estamos enfrentándonos a situaciones adversas, cuando sentimos que hemos salido de algo, puede que vengan otras adversidades o nuevos problemas, y eso significa que estamos vivos. Siempre debemos procurar ser conscientes de los procesos que atravesamos y aprender de ellos.
“No existe ni un solo momento en nuestro día a día en el que estemos libre de emociones aunque no sepamos identificarlas. Todo lo que aprendemos en nuestra vida está en parte determinado por nuestro estado emocional y de la manera como reaccionamos o gestionamos cada situación.”
W. Ignacio Lange C.