Agotamiento emocional: colapso personal 

A pesar de estar iniciando el año y/o después de un tiempo de vacaciones, siento que no puedo conmigo mismo… me hace falta motivación, ganas de salir adelante, o no tengo energías al inicio del día… quizás se trata de un proceso de agotamiento emocional.

El agotamiento emocional es un estado al que se llega por sobrecarga de esfuerzos. En este caso no hablamos solo de excesos laborales, sino de cargar con la responsabilidad de asumir conflictos, responsabilidades o estímulos de tipo emocional o cognitivo. 

No se llega de un momento a otro. Se trata de un proceso que se incuba lentamente, hasta que hay un punto en que la persona se desploma. 

 Se produce un colapso en la vida de la persona, porque literalmente ya no aguanta más. Ese quiebre lo sumerge en la parálisis, la depresión profunda o la enfermedad crónica.   

Aunque el agotamiento emocional se experimenta como cansancio mental, suele estar acompañado de una gran fatiga física. Cuando sobreviene hay una sensación de pesadez, de imposibilidad de seguir adelante. Se cae entonces en una inercia de la que es difícil salir.

El agotamiento emocional se origina porque hay un desbalance entre lo que damos y lo que recibimos.  

Quienes  lo padecen, se caracterizan porque entregan todo lo que pueden de sí mismos, bien sea en el trabajo, en el hogar, en la pareja o en cualquier terreno.  

Por lo general, esto ocurre en ámbitos en donde hay una gran exigencia, que a su vez, aparentemente, demanda grandes sacrificios. 

Lo usual es que la persona agotada carezca de tiempo para sí misma. Tampoco recibe el reconocimiento, el afecto o la consideración suficientes. 

Claves para superarlo: 

• Tomar distancia: descansando y viendo las cosas desde otra perspectiva. 

• Plena consciencia de ir un día a la vez: todo tiene su momento y su tiempo. 

• Vernos con amor: Respirar, reconectarnos con lo que somos y lo que deseamos.  

• Tener una actitud de comprensión y bondad con nosotros mismos. 

• Comprender porqué me pasa lo que me pasa: ampliar la mirada.  

• Tener una actitud de no juicio: sobre mí mismo y mi entorno. 

• Revisar cómo está mi balance personal y mi sentido de gratitud: que doy, que recibo, como agradezco y cómo me abro a la gratuidad. 

• Abrazar  la vida: reconocer que estoy vivo, asumir lo que es mío, y lo que no es, devolverlo.

• Buscar ayuda para comprender de ¿por qué me pasa lo que me pasa? 

!Si necesitas acompañamiento escríbenos! Date la oportunidad de VIVIR y abrazar la VIDA.

Ignacio Lange

Lange CoachComentario