Toma de conciencia: Despertar interior

La toma de conciencia es por encima de todo, un despertar. Es abrir lo ojos desde el interior para hacer consciente lo inconsciente y así poder dar ese paso de iniciar toda una necesitada revolución personal. Solo entonces seremos capaces de sanarnos, de desprendernos de lo que nos hace daño y, sencillamente, avanzar hacia lo que merecemos.

"Sabemos lo que somos, pero aún no sabemos lo que podemos llegar a ser»

William Shakespeare

La toma de conciencia es el paso necesario en nuestro crecimiento personal.

Se requiere tiempo para alcanzar eso que la Terapia Gestalt define como «awaress», (darse cuenta de algo), o lo que  J. Piaget definió como ese proceso delicado y complejo, por el cual las personas pasamos de un “conocimiento instrumental de nuestra realidad a una conceptualización más íntima, abstracta y significativa de las cosas”.

Las tres fases  principales de la toma de conciencia son:

• El primer paso requiere abrir  los sentidos desde nuestra zona más íntima y profunda. Hablamos del mundo emocional. Pregúntate ¿qué sientes?, explora sensaciones, sentimientos; pregúntale a tu cuerpo, con que se conecta… dales nombre.

• El segundo paso es contemplar el mundo que te rodea. Observa tu presente y atiende lo obvio, eso que a veces nos negamos a mirar frente a frente.

◦ El tercer paso es el más complejo. Sabes ya lo que sientes y lo que acontece en tu exterior. Es momento de ahondar en tus barreras defensivas, en tus prejuicios, en tus actitudes, esas que te dicen erróneamente que es mejor aguantar que cambiar, que es mejor girar el rostro, o quedarse quieto y callar por miedo a que las cosas cambien.

No se trata solo de hacer consciente lo inconsciente, sino darle una nueva construcción: ¿Te animas?

Ignacio Lange 

Lange CoachComentario