Amor Propio: Señales que me he perdido a mi mismo

“El amor propio tiene muy poco que ver con cómo te sientes con tu apariencia. Se trata de aceptar todo de ti mismo”.-Tyra Banks-

Recordemos que  afirmábamos que todo amor que se descuida puede caer en la infidelidad, incluso el propio. Por tanto, es necesario revisar esta importante relación y asegurarnos de que se mantenga sana.

Entre las principales señales que pueden ayudarnos a identificar si nos hemos perdido a nosotros mismos encontramos: 

1      Nunca me Priorizo: Una de las señales más claras es el hecho de no elegirte nunca primero cuando hay que escoger. Por ejemplo, pospones tus propias obligaciones y tareas por ayudar a otros a cumplir con las suyas e incluso renuncias a tu tiempo de descanso  para satisfacer los deseos, necesidades y favores que otros te piden. Así, todo lo relacionado contigo queda en último lugar.

No dudas en ceder ante los gustos y preferencias de los demás, olvidando tu propia opinión. Y, en definitiva, de algún modo te parece más relevante ser servicial con los demás que leal a ti mismo y a tus necesidades.

2. Deseo de Agradar: Es evidente que, como seres sociales, todos deseamos agradar a las personas que nos rodean. Sin embargo, cuando te has perdido a ti mismo, lo haces incluso si es necesario pasar por encima de ti.De este modo, accedes a planes y actividades que no te gustan ni  tienes ganas solo para ganarte el favor de los demás.  Te resulta realmente complicado decir “no”, pues temes, al hacerlo, perder el amor o la aprobación del otro. Así, es posible incluso que caigas en comportamientos contrarios a tus propias convicciones y valores si otra persona te lo pide.

3. Pides perdón sin ser culpable:  Un comportamiento muy común en quien se ha perdido a sí mismo es el de pedir perdón aun siendo consciente de que no ha hecho nada mal. La persona sabe que no ha obrado de forma incorrecta; sin embargo, el temor al conflicto, al rechazo o el miedo al abandono, le impiden defender su postura.

De este modo prefiere disculparse y aceptar la responsabilidad de una discusión de la que no es culpable, solo para reducir la ansiedad. A sus ojos, el enfado del otro es una alerta de que este puede irse o retirarle su afecto, por lo que es necesario acabar con ese enojo aun si esto supone humillarse a sí mismo.

4. Reclamas constantemente: Por último, podría parecer que reclamar es una actitud de alguien cargado de autoestima y capaz de expresar lo que desea. Sin embargo, los reclamos no son sinónimo de  comunicación asertiva.

Exponer lo que se opina y se necesita de forma calmada y respetuosa es adecuado. 

No obstante, cuando nuestras relaciones se basan en pedir constantemente a los otros que cubran nuestras necesidades, algo anda mal…

Si te has visto reflejado en las anteriores señales mencionadas, es probable que te hayas descuidado más de la cuenta. 

Por eso es momento de que estés consciente de que la relación contigo mismo es la más importante de todas las que puedes mantener y de que empieces a cuidarla con mimo y respeto.

No es sencillo abandonar el hábito de agradar y complacer a otros, de manera especial cuando nuestra autoestima   no está fortalecida. Sin embargo, con perseverancia, cada pequeña acción nos llevará a recuperarnos.

Empieza a priorizarte, a escucharte y conectar con ese ser maravilloso que eres.

Actúa según tus valores y no temas ser abandonado, pues no hay nada más doloroso que perderte a ti mismo.

Ignacio Lange

Lange CoachComentario