Autorespeto: me gusto y me acepto 

Cuando nuestro autorespeto es sólido, simplemente nos aceptamos y gustamos a nosotros mismos.

Cuando nuestro autorespeto es fuerte, no nos juzgamos al vernos en un espejo, porque nuestro reflejo confirma las buenas valoraciones o la aceptación que tenemos sobre nosotros.

Sin embargo, muy a menudo, nos inclinamos hacia un perfeccionismo destructivo. 

Y si nos rendimos ante él, nos podemos autodestruir y volvernos muy críticos hacia los demás.

Esto nos lleva a crear  expectativas muy altas e irreales, que junto a la frustración y/o decepción, puede generar una presión emocional estresante.

Si fuere este tu caso, puede que estés lidiando con sentimientos de incapacidades y/o bajo rendimiento, cuando no logras llegar a tus propias expectativas. 

Por eso es primordial reconocer que el mundo está lejos de ser precisamente ideal o perfecto, pero debemos buscar siempre una continua mejoría integral de nosotros.

“Abrazate, respetate y mirate con amor”.

Ignacio Lange

Lange CoachComentario