Comunicación Empática / No violenta

Comunicarse de manera efectiva no es tan sencillo.

Abundan más las suposiciones y los malentendidos que los mensajes claros y las interpretaciones precisas. Por eso, Marshall Rosenberg (1934-2015) desarrolló la comunicación empática, también conocida como no violenta (CNV).

Esta herramienta nació con la pretensión de proporcionar las habilidades necesarias para relacionarnos de manera más colaborativa y en armonía con nuestros valores.

Además de evitar posibles conflictos y malentendidos, la comunicación no violenta, nos permite resolverlos emocional y racionalmente, abandonando formas más tradicionales.

La comunicación no violenta pretende ayudarnos a mantener una escucha activa basada en el entendimiento mutuo.

La empatía, es esa capacidad de ponerse en el lugar del otro, también forma parte de este tipo de comunicación. Además del dominio del lenguaje verbal y no verbal propio como ajeno.

La comunicación  no violenta tiene como objetivo establecer una relación sincera y auténtica entre emisor y receptor. 

Así, algunos de sus grandes beneficios son los siguientes:

  1. Creación de relaciones personales satisfactorias:

    La comunicación empática apuesta por la expresión de un mensaje conciso, preciso y riguroso que contribuya a un mejor entendimiento.

    Esto a su vez, deja menos espacio a la crítica y más espacio al intercambio de mensajes efectivo.

    Así, si compartimos nuestras preocupaciones de manera asertiva, le estamos ofreciendo la oportunidad al otro de que nos comprenda y comparta nuestro desasosiego.

  2. Resolución de conflictos:

    La clave de una adecuada comunicación No violenta es hablar desde el sentimiento propio, desde el “yo”.

    Es decir, nadie puede discutir lo que se comunica porque esa parcela es individual y pertenece a la persona que se expresa.

     Por eso, cuando quieras que alguien no interprete tu mensaje como una indirecta o un ataque, sino como un intento de comunicación no violenta, empieza las frases con “siento” o “me siento”.

    Si cambias las acusaciones y críticas por mensajes sobre cómo te sientes, la comunicación no se volverá tan negativa. El otro no se sentirá ofendido, tú podrás expresarte y en lugar de acabar molestos podrán llegar a una solución.

  3. .Honestidad:

    Has de saber decir que “no” y aceptar las negativas del otro.

    Solamente así podrás ser honesto contigo mismo y con los demás.

    Pero para poder ser virtuoso, debes eliminar todo tipo de especulaciones o conductas comunicativas destructivas.

    Se tu mismo, honesto, transparente.

  4. Desarrollo de la capacidad de escucha y comprensión

    La comunicación no violenta fomenta el desarrollo de la autoempatía, entendida como la manera compasiva de entender lo que está sucediendo dentro de nosotros. Implica notar sentimientos, pensamientos y juicios; y conectar con aquellas necesidades que nos paralizan o bloquean.

    Además, este tipo de comunicación también fomenta la empatía como la habilidad de entender afectivamente el corazón del otro.

    Por tanto, no solo nos permite comprender sus ideas o pensamientos, sino sus emociones y sensaciones.

Ignacio Lange

Lange CoachComentario