Clave de un buen comunicador: lenguaje corporal
Una buena comunicación es la base de cualquier relación exitosa ya sea personal o profesional.
Es importante reconocer, sin embargo, que la comunicación depende no sólo de lo que se dice, sino también de la expresión facial, los gestos, el contacto visual, la postura y el tono de voz, lo que se conoce como lenguaje corporal o no verbal.
La capacidad de comprender y utilizar la comunicación no verbal o lenguaje corporal es una poderosa herramienta para conectar con los demás, expresar lo que realmente se quiere decir y construir mejores relaciones.
Cuando interactuamos con los demás, continuamente damos y recibimos señales sin palabras.
Todos nuestros comportamientos y gestos no verbales, como la forma en que nos sentamos, la rapidez o la fuerza con la que se habla, la cercanía con el otro interlocutor, o el contacto visual, envían mensajes intensos. A estas alturas me pregunto:
¿Qué mensaje emito a mis interlocutores?
Estos mensajes no se detienen cuando se deja de hablar, ya que incluso cuando estás en silencio, todavía estás comunicando de manera no verbal.
Es más, a menudo, lo que sale de nuestra boca y lo que comunicamos a través de nuestro lenguaje corporal son dos cosas totalmente diferentes.
Cuando nos enfrentamos a estas señales mixtas, el oyente tiene que elegir si creer el mensaje verbal o el no verbal, y, en la mayoría de los casos, van a elegir el no verbal, porque es un lenguaje natural, inconsciente, que transmite nuestros verdaderos sentimientos e intenciones en cualquier momento dado.
La forma de escuchar, de mirar, de moverse y de reaccionar dice a la otra persona si te importa o no, si estás diciendo la verdad, y lo bien que estás escuchando.
Cuando sus señales no verbales coinciden con las palabras que estás diciendo, aumenta la confianza, la claridad y simpatía, pero cuando no lo hacen, generan tensión, desconfianza y confusión.
Para ser un mejor comunicador es importante ser más sensibles no sólo al lenguaje corporal y las señales no verbales de los demás, sino también con la propia manera de comunicarse a nivel no verbal.
Ignacio Lange